Manu Leguineche nos ha dejado un legado de riqueza extraordinario en el plano humano, intelectual y profesional, según glosó el presidente del Consell de la Informació de Catalunya, Roger Jiménez, en el funeral celebrado el sábado 25 de enero la localidad alcarrana de Brihuega , donde el periodista vasco vivió los últimos años.
“Manu sabía mucho del valor de la modestia y huía siempre que podía los elogios y los homenajes, pero con la gran claridad que lo distinguía insistía en que los periodistas hagan bien su trabajo y que no cambien su conciencia profesional para la conciencia empresarial. Era el jefe de la tribu, como le decían los corresponsales y enviados especiales que le encontraban por rincones del mundo que no figuran en el mapa, y a lo largo de su enfermedad dio una importante lección de paciencia, estoicismo, elegancia y buen humor “, aseguró Jiménez.