Francisco González Ledesma deja los periodistas huérfanos y tristes, pero nos acompañará siempre su admirable legado. Los que tuvimos el privilegio de trabajar con él en El Correo Catalán o La Vanguardia, o compartir las tareas en el Consejo de la Información de Cataluña (CIC), que presidió entre 2000 y 2004, nos beneficiaremos de su humanismo, honestidad , rigor profesional y sentido del humor.
Era como un profesor fuera de clase que compartía con los jóvenes periodistas sus saberes con una generosidad sin ningún tipo de reserva. Hombre poliédrico, combinó la actividad periodística con la de escritor de novela negra, pero sabía establecer siempre las diferencias entre una y otra. “Asociados, pero no curvas”, respondía cuando le pedían la fórmula del binomio. Siempre decía que los informadores viven del crédito que les da la ciudadanía. “Sin este crédito no somos nada como colectivo profesional” y en las sus intervenciones, públicas o en petit comité, pedía un cambio de actitud de los periodistas para recuperar la credibilidad y el interés del público hacia la lectura de periódicos. A lo largo de los cuatro años que presidió el CIC, “Paco” González Ledesma tuvo la oportunidad de observar la pérdida de peso de la figura profesional del periodista, y animaba a recobrar la curiosidad y la pasión por la lectura. Era un hombre exigente, y al mismo tiempo dotado de una gran paciencia y comprensión. El Consejo de la Información de Cataluña le nombró presidente de honor del CIC junto con Josep Maria Cadena, Manuel Parés y Moncho González Cabezas. También se le recuerda como uno de los fundadores del Grupo Democrático de Periodistas, hace casi medio siglo, que luchaba en defensa de la libertad de expresión y contra la censura, que él sufrió de manera especial a la dictadura. En 2010 recibió la Cruz de Sant Jordi por su trayectoria informativa y la calidad de su obra. También en la familia creó escuela, y salieron periodistas dos de los sacas hijos, Enrique y Vicky, el primero con un brillante recorrido como corresponsal en tres continentes. A los dos, así como la hermana Gloria y, de manera muy particular, a la viuda, María Rosa Torralba, el sincero pésame de los que, como ellos, añoraremos siempre la personalidad excepcional de Francisco González Ledesma.
Roger Jiménez
President del CIC